mensaje de acogida



Te invito al país de Franklin Bordas, territorio del

pensamiento con alas.





martes, 30 de junio de 2020

El ogro derrotado

El soldado huye foto de archivo editorial. Imagen de firearms ...El ogro derrotado


Corramos!
Es tiempo de correr,
ya no hacia el lado opuesto de los fusiles amenazantes
y rostros enmascarados como antes,
sino, hacia ellos.
De prisa,
como si el alma nos abandonara,
correr hacia ellos de frente
con decisión.
No mas al lado opuesto como antes,
como venados huyendo
de alegres cazadores,
sino como venados furiosos que se lanzan contra ellos,
ahora en persecución, 
tras ellos,  
superado el papel de presas
y enterrado cualquier vestigio de miedo.
La velocidad es un arma estratégica
la imprudencia de la fé es mágica
la libertad contiene un código no negociable.
Es la rebelión de los que creían aterrados y frágiles venados
ahora tras ellos.
¿Qué harán los soldaditos de plomo?
¿Qué harán esos cuervos que ya no infunden terror con sus graznidos?
Ya sus fusiles no sirven
su pólvora se ha humedecido de miedo,
se orinan
y se ensucian por dentro.
Como todo final conocido:
el ogro ha sido derrotado.
Ahora saltan por las fronteras ellos
los aterrorizados venados ni siquiera saben para donde van.

2020




martes, 9 de junio de 2020

Nuestro milagro (Junio/2020)

¡Celebremos!, Anís, brandy o ron,
henos aquí de vuelta.
La tormenta nos reúne otra vez.
Descubrimos que los muros solitarios no existen,
que nadie íngrimo alcanza el favor de Dios.
Es necesario tormentas
que nos enloden el alma
y nos llenen los pulmones de barro otra vez
para entender lo simple:
el agua inocente
el mismo viento rebelde
o la palabra pura bastan
para acabarnos.
Olas de miedo tienen que amenazarnos
para demoler nuestras máscaras de gloria.
Y si la tierra se agrieta 
y si la bóveda celeste amenaza con caer
de seguro volveríamos a la hermandad del principio.
Marchamos sobre arena movediza sin notarlo
porque mas fuerte es
la falsa certeza de grandeza
que el sentido de que nos engulle la tierra.
El precipicio nos aguarda,
parecen caer las montañas,
la tierra casi gira al revés,
tenemos un tiempo que grita exangüe,
es el momento de tomarnos las manos
y si es la lanza
o el beso el que nos identifica,
o es miedo o victoria sobre él,
¡Celebremos!
henos aquí de vuelta,
la historia vuelve a tener sentido.


2020
Nuestro milagro (Junio/2020)

¡Celebremos!, Anís, brandy o ron,
henos aquí de vuelta.
La tormenta nos reúne otra vez.
Descubrimos que los muros solitarios no existen,
que nadie íngrimo alcanza el favor de Dios.
Es necesario tormentas
que nos enloden el alma
y nos llenen los pulmones de barro otra vez
para entender lo simple:
el agua inocente
el mismo viento rebelde
o la palabra pura bastan
para acabarnos.
Olas de miedo tienen que amenazarnos
para demoler nuestras máscaras de gloria.
Y si la tierra se agrieta 
y si la bóveda celeste amenaza con caer
de seguro volveríamos a la hermandad del principio.
Marchamos sobre arena movediza sin notarlo
porque mas fuerte es
la falsa certeza de grandeza
que el sentido de que nos engulle la tierra.
El precipicio nos aguarda,
parecen caer las montañas,
la tierra casi gira al revés,
tenemos un tiempo que grita exangüe,
es el momento de tomarnos las manos
y si es la lanza
o el beso el que nos identifica,
o es miedo o victoria sobre él,
¡Celebremos!
henos aquí de vuelta,
la historia vuelve a tener sentido.


2020
Nuestro milagro (Junio/2020)

¡Celebremos!, Anís, brandy o ron,
henos aquí de vuelta.
La tormenta nos reúne otra vez.
Descubrimos que los muros solitarios no existen,
que nadie íngrimo alcanza el favor de Dios.
Es necesario tormentas
que nos enloden el alma
y nos llenen los pulmones de barro otra vez
para entender lo simple:
el agua inocente
el mismo viento rebelde
o la palabra pura bastan
para acabarnos.
Olas de miedo tienen que amenazarnos
para demoler nuestras máscaras de gloria.
Y si la tierra se agrieta 
y si la bóveda celeste amenaza con caer
de seguro volveríamos a la hermandad del principio.
Marchamos sobre arena movediza sin notarlo
porque mas fuerte es
la falsa certeza de grandeza
que el sentido de que nos engulle la tierra.
El precipicio nos aguarda,
parecen caer las montañas,
la tierra casi gira al revés,
tenemos un tiempo que grita exangüe,
es el momento de tomarnos las manos
y si es la lanza
o el beso el que nos identifica,
o es miedo o victoria sobre él,
¡Celebremos!
henos aquí de vuelta,
la historia vuelve a tener sentido.


2020

viernes, 27 de diciembre de 2019


Ronaldo
  
En junio de 1957
un hombre escribe una carta
a la luz de una fogata,
corrigiendo sus pensamientos
para que tocaran el alma.
Todo el día en Miguel Bikan
lleno de lodo en el centro de la montaña
le daba vueltas a lo que escribiría
mientras la sierra cortaba el tronco
de un árbol que había visto centenares de años.
Duro para un montañés entrenado para expresar abrazos
en un encuentro, decirlo en una carta.
Fueron días de ese junio,
que lo hacían sensible y que lloraba por dentro
con el rugido de las tormentas invernales golpeando árboles,
que necesitaba hablar con álguien
y decidió escribir.
Las palabras son como las sierras y cortan
pero él no quería herir,
y cada pensamiento
era trabajado con la prolijidad de un orfebre.
No entendía las lágrimas que resbalaban por sus mejillas
mientras armaba la carta,
y sonreía echándole la culpa
a la humareda de la fogata.
La distracción de los insectos de la noche,
los búhos, la lluvia y la extraña música lejana del agua desbordando los ríos tenía que acallarlos.
Era necesario el silencio total de afuera para que el corazón hablara.
Pensó comenzar diciendo "amor te necesito hoy más que nunca".
Era cierto,
la montaña obscura en medio del diluvio de junio demandaba compañía.
La soledad es como un dolor de huesos
que piden calor,
la tibieza especial del bienamado.
Pero ¡nó!, él era fuerte para decir eso
nunca habló de necesitar a álguien,
la carta parecería escrita por otro.
¿Cómo decir te amo y te necesito sin parecer frágil?
La noche pantanosa
obscuramente triste no ayudaba
el frío del viento y el lamento misterioso
de sus espíritus
los árboles chocando entre ellos
parecían mutilar las hermosas palabras
que luchaban por nacer.
-Amor de mi vida, mi eternidad y mi cielo-
quiso comenzar así a la una de la madrugada
la hora más profunda para decir la verdad
en el filo de la noche y el alba,
pero corrigió nuevamente
mientras saltaban las chispas de la fogata como resentidas quiebraplatas.
Imaginó a sus hijos en la lejanía abrazándolo
a su mujer susurrándole al oído
sus secretos,
y la montaña adquirió luz de hogar
y comenzó otra vez a redactar la carta
su última carta así:
"Inolvidable Norita, tu sabes que adónde yo he estado siempre te he escrito..."
termina: "el corazón que nunca te olvida", Ronaldo.
Y Julio de 1957 el río Wawa
llevó a su espíritu
una noche de lluvia
más ruidosa más llorona que nunca.


Dic 2019

sábado, 22 de junio de 2019



Es mi ciudad

Cuando visites mi ciudad

hasta el tope de revolución en las redes

del mundo,

podrás encontrar de todo,

menos revolucionarios.

Aunque se diga que vive la revolución

se sabe que está muerta.

En los escombros de mi ciudad

se ha perdido el alma

nada extraño,

tiene que perderse el alma

si te niegan la vida.

Lógico,

después de cada revolución

el mal deja de ser visible

pero no se extermina,

esa es la gran mentira.

La gran mentira es que se puede acabar con el,

pero es mas fácil acabar con ellos.

Después de una victoria

el ganador más fuerte

cree que hasta puede desaparecer a Dios

y lo cree

hasta sentir que ha perdido el alma.

Es nuestro tiempo ingrato,

el gobierno de la percepción más que la verdad

el control más que la piedad

la revolución que vaga imaginaria

invocando espectros descontrolados

y airados

en espacios coloridos

verdes, amarillos, rojos

y negro luto.



Enero 2016

domingo, 2 de diciembre de 2018



Lección Masai (2018)

Los colmillos del león sangran.
Hilachas de piel se desprenden de su boca
como minúsculos lienzos rojos.
El rugido estentóreo y amenazante es la voz del miedo
que lleva la selva.
El orgullo de su intimidante melena agitada al viento
y los ojos de fuego que incendian la oscuridad
hablan de un poder indescriptible.
«Yo soy el rey» ―parece decir
«Yo, dios»
Pero los dioses de carne tienen quien los cace.
Hay quienes no solo matan leones
sino que mataron el miedo.
Los Masai mataron el miedo.
Su lección es aprender a gritar,
gritar con fuerza
con mayor intimidación que ellos.
Hacer ruidos de fiesta en su cacería,
tambores.
Vistosos atuendos de gala.
Perseguir al león en su propio reino
alegres
con cantos
que hacen temblar a las fieras
cuyo significado ellos lo entienden
y rugen y rugen
pero los cantos se acercan mas y mas
y sus rugidos cada vez menos
ellos ya saben
ellos ya saben.